Muchos conocimos a Paradise Lost a principios de los 90, cuando sonaba desgarrador, oscuros y bastante death/doom, otros lo descubrieron tras su visita a Chile en Monster of Rock de 1995 junto a Ozzy Osbourne y Faith No More. En aquellos años se escuchaba con fuerza, Icon y Shades of God, discos emblemáticos de la banda y en aquella visita vinieron promocionando su disco, Draconican Times, que a juicio personal, es su álbum mejor equilibrado. Siendo un fanático de la banda y tras aceptar una baja en las revoluciones musicales en su siguiente disco, One Second, adquirí para mi colección de la época el disco compilatorio, Reflection, con el que celebraban sus 10 años de trayectoria. Fue en ese momento cuando me di cuenta que algo importante pasaría con la banda y con su evolución musical.
Pues no me equivoque, en 1999 apareció, Host, dejando atónitos a los fanáticos más duros de la banda e incluso a quienes continuamos siguiéndola tras One Second, el primer disco con la voz de Nick completamente limpia, en donde además los sintetizadores y armoniosos teclados comenzaban a asomarse.
Ante nosotros estaba, Host, un disco que entró en un inesperado enfoque dark wave o synthpop, con toques góticos y una voz absolutamente limpia, pausada y hasta relajante. Lo que si se mantiene de la línea anterior es el toque siempre oscuro de sus letras reflexivas y depresivas en su ambiente de composición, lo que me hizo pensar en ese tiempo que el trabajo es un disco atrapante y experimental.
En bandas como Depeche Mode o Tears for Fears este disco encajaría perfecto y sería un gran disco, pero para Paradise Lost y sus fans era un gran desafío.
Host fue el séptimo álbum de Paradise Lost, y fue lanzado originalmente en 1999 por EMI Records. Ciertamente causó un gran revuelo entre sus fans en ese momento con su sonido electro / synth led, muy diferente de los álbumes anteriores de la banda.
El cantante Nick Holmes comentó: “Con Host queríamos llevar el concepto ‘One Second’ más allá y hacer un álbum muy oscuro con aún más sutileza. Fue un salto audaz de todos nuestros álbumes anteriores, un salto demasiado lejos para algunos pero para mí, la nueva versión remasterizada realmente muestra que sigue siendo uno de los álbumes más fuertes de la banda en términos de composición y atmósfera”.
Sin embargo, no mucha gente estaba completamente consciente del drástico cambio que comenzaría con este disco, que ahora ha sido remasterizado y lanzado el día de hoy a través de Nuclear Blast Records.
Mirar hacia atrás en este registro y ver cómo se destaca hasta el día de hoy después de casi dos décadas desde su lanzamiento en algo que me hace reflexionar, debido a que en aquel año para mi digerir un disco así era algo totalmente nuevo y una aventura con una sensación incierta, pues bien, después de casi dos décadas ya he vivido la sensación de aceptar la invitación de bandas ya consagradas a experimentar sus discos más melódicos, extraños y diferentes a lo que venían haciendo, se me viene a la mente la evolución de bandas como Amorphis, Opeth y Katatonia, pero, ¡ojo!, a diferencia de las bandas mencionadas Paradise Lost no tuvo una evolución hacia las voces limpias, melodías más complejas y matices más suaves, si no que un viaje por esos parajes que incluyen 7 álbumes, desde Host hasta Tragic Idol, un viaje del cual regreso el 2015 con el álbum, The Plague Within y absolutamente de vuelta a los riff doom metal y voces guturales con Medusa en 2017.
Volviendo a “Host”, encuentro la remasterización, más refrescante que su versión original de 1999, en donde los efectos de cuerdas y sintetizadores se aprecian más nítidamente y el panning se distingue y disfruta más intensamente, lo que hace que el sonido tenga un toque mucho más psicodélico.
Destacan temas como, So Much Is Lost, que hasta hace poco lo incluyeron en sus presentaciones en vivo, también destaca, In All Honesty, y el tema que más me gusto por su atmosfera y en el que a mi gusto lograban lo que la banda buscaba en el disco, It’s Too Late.
En 1999 te hubiese dicho que si eres un fanático duro de la banda, no inviertas en este disco porque se aleja completamente de lo que se supone que te gusta, incluso te animaría a que lo ignores de la discografía. Pero hoy, a 19 años de su lanzamiento original, si tienes la oportunidad de adquirirlo, te comento que es un viaje ambiental bastante acogedor y absorbente, un viaje del que solo Paradise Lost ha podido regresar.
En general es un buen disco, no una obra de arte, pero bastante aceptable, y en verdad vale la pena tenerlo y escucharlo cuando no estas de humor para el metal.
Recordemos que la banda se estará presentando en nuestro país el próximo 06 de septiembre, promocionado su último disco de estudio, Medusa.
Calificación 7/10
Review por Patricio Muñoz – Gentileza: Nuclear Blast Records