El pasado 18 de octubre el folk nórdico se adueñó de la noche Berlinense de la mano de Warduna y Kaunan. En una gira de solo 6 fechas en todo Europa – 2 de ellas en Alemania -, en donde se agotaron entradas en todos las fechas del tour, hizo que presenciar este tour fuera algo casi exclusivo.
Eran cerca de las 20:30 cuando se apagaron las luces del Huxleys Neue Welt – el que en ese entonces ya se encontraba repleto con cerca 4000 personas -, para dar inicio a la banda soporte de la gira, Kaunan, una agrupación de folk nórdico y música medieval de solo 3 integrantes – entre ellos Oliver Pade, miembro de Faun -, aunque el proyecto nació el 2008, fue recién este año cuando lanzaron su primer álbum, Forn. No fue necesario más que un par de luces – y sus instrumentos – para que dieran comienzo a un show místico y lleno de folk. Cada cierta pausa, Oliver, quien tocaba el bouzouki y la mandora, se dirigía al público para agradecer a los asistentes, más no puedo decir, porque hablaba en alemán y no entendía mucho. pero Kaunan es esas bandas que tiene la capacidad de transportarte a una época medieval que muchos hubieran deseado vivir, y se veía reflejado entre los asistentes, muchos estaban vestidos con ropas medievales y/o vikingas, por lo que al cerrar los ojos podías imaginar que estabas al lado de una fogata disfrutando de un verdadero show pagano y por unos momentos te olvidabas de la rapidez con la que se vive en el mundo actual, y te detenías frente a la música de Kaunan simplemente a disfrutar algo ad-hoc al otoño en el que estamos en este lado del hemisferio.
Después de alrededor 40 minutos que duró el show de Kaunan, llegó una pausa de cerca de 20 minutos para dar inicio al espectáculo de los líderes de la noche, Wardruna. ¿Qué puedo decir?, esta es la segunda vez que los veo en vivo y sencillamente no hay imágenes o palabras que puedan describir lo que es un concierto de estos noruegos. Fueron 90 minutos de pura magia y melodías vikingas. Einar Selvik es un genio y apasionado en lo que hace, y no lo queda demostrado en los discos, si no que puede llegar aún más lejos en vivo, y así lo dejó sentir esa noche, en la que con tan solo un telón de fondo entregaron un show épico y mágico, jugando con las luces y utilizando diversos instrumentos folclóricos lograron llevar con su música a cada persona del teatro a las peleas vikingas más legendarias que pudieron existir. Con Lindy Fay Hella danzando al ritmo de la música – algo que entrega un ambiente de misticismo único a sus presentaciones en vivo – y a pesar de que no usa un tipo canto al que se podría estar acostumbrado generalmente, demuestra con solo melodías la gran potencia vocal que posee. Fue un viaje mágico hacia al pasado vikingo que tanto valoran los escandinavos y del que personas como nosotros, que no tiene directa relación con esa cultura, disfruta tanto presenciar.
Momento antes de terminar la última canción, Einar se dirigió por primera vez al público, agradeciendo muy emocionado a todos los asistentes, comentaba que nunca pensó que podría llegar tan lejos con Wardruna, y que si bien parte de su éxito se debe a la serie Vikingos, nada sería posible sin el apoyo de los fans. Además comentó que a cada ciudad le dedicaban una canción, y a Berlín le ofrecieron, Helvegen, una canción sobre la muerte visto de un punto de vista diferente al que estamos familiarizados. Cuando ya pensamos que todo había acabado y todos los miembros de la banda abandonaron el escenario, Einar nos comentó sobre un nuevo proyecto solista que vería la luz el viernes 20 de octubre – pero podía ser adquirido ese día -, un proyecto dedicado al vikingo Ragnar Lodbrok, por lo que antes de dar por finalizado el espectáculo nos regalaría de forma acapela una canción de su debut titulada, Snake Pit Poetry,
Así fue se dio por culminada una noche fascinante, es un placer único disfrutar de Wardruna en vivo, por lo que si algún día pisan suelo chileno, es una obligación presenciar este espectáculo, no hay nada que se le parezca.
Review por Gerardo Pérez G.
Fotografías Wardruna por Manuel Berger para Laut.de
Invitación gentileza de Simon Füllemann