Hace poco más de un año atrás, el 02 de agosto no tenía otro lugar en mi calendario más que el cumpleaños de una vieja amiga. Hoy, me significa estar a 35 días del festival de metal más grande del mundo, el Wacken Open Air. ¿Cómo llegué aquí? La historia es corta y aburrida: toda una vida de mirar conciertos por el pc de escritorio, con bolsillo de escolar y universitaria y mi mamá pagándome los poquitos conciertos que podía en un año. Festivales como éste y otros, yacían en mis más profundos sueños como algo que jamás podría ocurrir.
Muchos años después, con una vida algo distinta, tengo la seguridad de que al abrir mi cajonera voy a encontrar un sobre con la tarjeta que me permitirá acceder a esta experiencia única con la que miles de metalheads han soñado alguna vez vivir, tal como yo. Pero, ¿Cómo voy? ¿Cómo llego? ¿Qué llevo?
Comprar la entrada es fácil – dejando de lado la espera angustiante, quedar a la fila de otros miles de compradores, el pago que no se genera, la entrada que no llega nunca a casa -, pero Wacken no es un festival sencillo. Convives con el barro, la lluvia impredecible e implacable, el camping, el cansancio. Aunque, lo que para mí parece complejo, es en verdad la tradición y aventura imperdible para casi un centenar de compatriotas.
Entonces mi duda comenzaba a tomar forma de respuesta. ¿A quién o quiénes debía recurrir para entender mejor este mundo del Wacken siendo chilena y 100% inexperta? Fácil, a quienes tienen mucho más training que yo en esto. Fue así como di con el grupo en Facebook Chilenos al Wacken: The viva Chile Mierdas. “Ya po, acá empezamos” dije yo. “Acá quedo lista para ir”.
Me dio la bienvenida la eternamente amable Carolina Ruiz, la administradora del grupo y quien por el año 2011 emprendió esta aventura, también como novata. “Tienes que estar dispuesta a lerte las FAQ – frecuently asked questions – y hacer comunidad”, me dijo. La Caro ya es experta. Después de su primera experiencia ha ganado años de aprendizaje y gracias a ella se conformó esta comunidad tremenda que ha albergado tanto a quienes se han repetido el plato en variadas ocasiones como a quienes decidimos emprender este viaje sabiendo poco y nada de lo que nos espera. Yo fui super honesta y le escribí de vuelta con máxima confianza. “La verdad es que no soy buena acampando, estoy viendo otras opciones que ofrece Wacken o gente del sector, ¿qué piensas, lo ves viable? Me da nervio preguntar tan abiertamente”. Es cierto. No he acampado nunca y no me imaginaba viviendo por primera vez el festival así, llegando de madrugada, tratando de encontrar mi carpa y estrujándome para entrar. “No es algo confortable, pero después comprendes que es parte de la experiencia del festival. La experiencia de Wacken es 30% bandas y 70% camping”, me dijo. Ok, primer desafío a sortear.
Después vino el tema pasajes. ¿Cuándo los compro? ¿Hacia dónde? ¿Berlín? ¿Hamburgo? Ni idea. Empecé a investigar otra vez. ¿Cuándo debería llegar? ¿Compro carpa allá o acá? Investigar. ¿Llevo efectivo? ¿Compro comida afuera? ¿Cuánto cuesta una cerveza? En ese momento tuve un lapsus de lucidez y recordé la regla primordial para entrar al grupo: leer las “FAQ”. No había que inventar la rueda ni redescubrir América, todas las dudas que yo tenía ahora, alguien ya las tuvo antes. Y créeme, ya están resueltas. Me senté en serio frente al pc – ya no de escritorio – e hice la tarea. No digamos que me volví erudita en lo que a Wacken respecta, pero tenía al menos un 70% más de claridades.
Pero algo me faltaba. ¿Estoy realmente lista para esto? ¿Me motiva tanto como al principio? ¿Será como me lo imaginé hace más de 10 años atrás? ¿Cómo es realmente Wacken? Sólo una persona me podía ayudar. Saqué el celular y abrí el Messenger de Facebook. “¿Caro, tienes tiempo el martes en la tarde para que nos juntemos?”
Carolina no te juzga. Entiende que esto de acampar, de las patas en el barro, del frío y el desgaste no es un cuento para todo el mundo. Con ella me sentí en confianza y le confesé que en realidad me daba susto, que tenía cero experiencia y que esto es nuevo para mí. Hablamos de lo lindo y de lo feo, tal cual necesitaba. “La gente ve la foto del tipo tirándose un guatazo en el barro, pero no cacha que en verdad estaba muerto de frío y mojado hasta la ropa interior”. ¿Y la peor experiencia? Me preguntaba yo… “Un año donde la lluvia fue implacable, no paraba, con un viento horrible. Suspendieron momentáneamente el festival, harta gente se fue. Nosotros afirmábamos la carpa, los toldos, empapados enteros y con el agua filtrándose por todos lados.– tal escena de la serie Vikingos, en altamar, dije yo – Sí, fue durísimo. En esa ocasión hizo tanto frío que hasta los noruegos y los finlandeses – ¡LOS FINLANDESES!- se fueron. Al último día salió el sol y todo volvió a la normalidad”. Heavy.
Pero también me habló de lo maravilloso, de la vivencia, del clima en comunidad, de lo curioso y de lo gracioso. Anécdotas que me hicieron ver lo real del festival y no lo funcional, que es lo que me había estudiado con minuciosidad de examen de fin de año.
Después de nuestro encuentro pasé de mi 70% de claridades a un 90% aproximadamente. Sé casi todo lo que tengo que hacer, y quiero hacer esto, al menos una vez y ver cómo me va. Mi plan es llegar un par de días antes para pasearme por toda la oferta disponible dentro del recinto (tiendas, food trucks, stands, actividades varias), familiarizarme, conocer bien a la comunidad y ver qué me depara esta aventura. Después de nuestro encuentro mis preocupaciones son otras: traspasar ñoñamente todo el “running order” a mi planilla Excel, para ver cuántas bandas me topan y cómo correr de un lado a otro – sin hacer guatazos en el barro – para no perderme tantas. Ni siquiera lo había mencionado, ¡pero me gustan un montón de bandas! Y estoy emocionada por eso.
Punto aparte es que quizás como medio tengamos que entrevistar artistas y por supuesto cubrir para esta humilde web, pero eso es harina de otro costal que ni siquiera he tenido tiempo de digerir.
Sinceramente les digo “éxito”, a todos quienes como yo, emprenden este viaje por primera vez. Seguro que nos veremos, seguramente andaré perdida, pero esa es la idea me imagino. Perderse en la magia de la “Holy Land”. Esto es la primera parte de mi aventura que aún no inicia.
Esto recién está comenzando…y esta historia también.
https://www.wacken.com/en/bands/running-order/