Haciendo un recuento, esta es la cuarta veces que tengo la dicha de ver a Myrkur en vivo, sin ser alardeante, y a pesar de tener un setlist similar en cada show, cada uno se siente y se vive de manera diferente, única y exclusiva.
La artista danesa era una de las atracciones de la versión 2018 del Pop-Kultur Festival en Berlín, sinceramente era lo único que me interesaba, así que mi presencia fue exclusivamente para ver su espectáculo. Como de costumbre, primera fila, algo no muy difícil del lograr en Alemania. Franz-Club, un recinto dentro de Kulturbrauerei, albergó a poco más de 300 fans, que a pesar de ser un día jueves, no dudaron en esperar hasta pasada la media noche para la presentación de Amalie Bruun, bajo el nombre de Myrkur.
Con un retraso de casi 15 minutos, el show comenzó a las 0:15h, como de costumbre, Myrkur aparece desde las tinieblas de su backstage para comenzar con una intro vocal, acompañada sutilmente de su banda, que como dato freak, todos sus músicos son españoles. El espectáculo en sí comenzó con The Serpent, tomada de su último lanzamiento, Mareridt. Mirando a un punto fijo del escenario, Myrkur, nos interpreta una de sus pocas canciones en inglés que posee su discografía, siendo esta también nombrada como una de las mejores canciones del 2017 por la revista Metal Hammer. A pocos segundos de finalizar, comienza la intro de Ulvinde, segundo single y único videoclip de Mareridt, a estas altura ya no queda duda que Myrkur posee una presentación inefable, sus movimientos y presencia escénica van allá de un concierto o de una cantante sobre un escenario, es una artista que entrega de la sencillez una presentación pura y flamante.
Continua con Dybt i skoven, tomada de su primer lanzamiento, M. Aquí es donde vemos por primera vez a la danesa tomar la guitarra, con esto nos manifiesta que no solo es una excelente cantante, si no que también es una músico completa, y no teme en demostrarlo. Inmediatamente, y sin soltar la guitarra comienza uno de sus cortes más “populares”, Onde Børn, sacada también de M, aquí es donde llega el climax de espectáculo, a penas se escuchan los primeros acordes, comienzan los headbanding de la noche, y es ese contraste de black metal junto a una voz angelical es lo que enfuerece a algunos, y encanta a otros.
Siguiendo con M, se escucha de manera acapella Vølvens Spådom, lo que nos indica que la próxima en llegar será Jeg er guden, I er tjenerne, como contando una película de terror, Myrkur se pasea por todo el escenario, moviendo sus manos y siempre con un punto fijo al final del recinto, aquí podemos apreciar por primera vez durante la noche sus guturales, y con esto, Amalie, nos recalca nuevamente, que no teme para nada a experimentar. Luego volvemos a Maredit con un punto más calmado durante la noche, una canción nórdica llamada De Tre Piker, en donde con nada más que un tambor (no recuerdo el nombre), Myrkur nos muestra su lado más folk.
Nuevamente bajo la linea de Maredidt, volvemos a lo pesado con Elleskudt, es aquí donde la danesa nos deleita con un perfecto Kulning (Herding Call), como si estuviera en lo más alto de las montañas nórdicas. Con una de mis favoritas personales, Skøgen Skulle Dø, regresamos al debut M y nuevamente volvemos a ver a Amalie tomar la guitarra, en esta ocasión no queda más que cerrar los ojos y contemplar los cantos celestiales perfectamente acoplados a los riffs de guitarras que estamos escuchando.
Casi para terminar el show llega una de las canciones más pesadas de Myrkur, Måneblôt, sacada de Mareridt, disfrutamos del lado más extremo de la danesa, con fuertes guitarras y un incansable doble pedal clásico del black metal, en dónde Amalie también incorpora su tambor para dar el lado suave y folk a la interpretación. Con un encore de solo unos minutos, vuelve al escenario junto a su baterista para despedirse, pero no sin antes entregarnos otra pieza folk, titulada Villemann og Magnhild.
¿Cómo describir un show de Myrkur en pocas palabras? Una presentación etérea y efímera, que a pesar su sencillez, y con unas cuantas hojas de árbol en el escenario, no necesita más para ser un show digno de admirar y ver una y otra vez.
Review por Gerardo Pérez G.