El pasado viernes 15 de diciembre se presentó en Santiago el dúo de metal gótico Lacrimosa. Conformado por Tilo Wolff y Anne Nurmi, la agrupación con más de 25 años de trayectoria volvería luego de una larga ausencia en nuestro continente para presentar su último material “Testimonium”, álbum que si bien se mantiene fiel al clásico y reconocido sonido de la banda, contiene nuevos elementos más electrónicos y frescos.
La cita se daría en la disco Blondie, lugar que ya ha albergado variados shows de metal durante este 2017 – recordemos que hace sólo unos días se presentó la banda sueca Hammerfall – y esta vez no sería la excepción. El show organizado por la productora SPOOKSHOW comenzó a las 21.08 horas en un lleno total del recinto. Tras los primeros acordes y aún con fans en fila para ingresar al acalorado lugar, la banda que acompaña al dueto comenzaba a subir al escenario entre los aplausos de la audiencia. Bastaría sólo un par de minutos para que aparecieran Tilo y Anne, desatando la euforia de los asistentes y dando inicio inmediatamente a un show que probablemente sería uno de los más nostálgicos e intensos del año.
Si bien el dueto venía a presentar su material nuevo, el setilist abarcaría de manera asombrosa una cuidada selección de la amplísima gama de material que han desarrollado desde sus inicios, pasando por los álbumes “Live”, “Echoes”, “Elodia”, “Stille”, “Inferno”, “Fassade”, “Lichtgestalt”, “Revolution”, “Sehnsucht” y el último “Testimonium”. La jornada iniciaría con “Wenn unsere Helden sterben”, con un público eufórico desde el primer acorde, vitoreando de manera inmediata a Tilo Wolff. Con sólo un par de imperfecciones en el sonido que no pasó a mayores, la puesta en escena del show ya se dejaba sentir en el ambiente envolviendo a la fanaticada en una atmósfera que sólo Lacrimosa podría lograr. Rápidamente iniciaban las campanadas de “Nach dem Sturm” con acordes profundos y dramáticos mezclados con los gritos de la audiencia. Los asistentes no cesaban de ingresar al recinto sorprendiéndose con el lleno total del lugar, que escasamente daba espacio para una persona más. La alta temperatura se hacía latente ya, así como el desfile de personas que dejaban sus lugares para ir por cervezas y refrescar el ambiente.
Sin decir una palabra aún, iniciaba “Zwischen allen Stühlen”, en un escenario bañado de luz fucsia que envolvía de manera única la escenografía del espacio. Pronto se escucharía la voz limpia y a capella de Wolff entonando “Der Morgen danach”, coreando al unísono la mayoría de los asistentes – para quienes no es ningún impedimento que más del 90% de los temas fueren en alemán -. A la llegada del coro ya se escucharía un mar de voces como si de un himno (oscuro) se tratase. Impávida detrás del piano y con la misma expresión constante en su rostro, se mantuvo Anne Nurmi, mientras Tilo se roba la película. Al final de la canción y manteniéndose fiel a su “personaje”, es la primera vez en que Wolff intenta un atisbo de saludo a sus fans.
Prontamente sería el turno de Anne para deleitar a la audiencia con su voz única, entonando la primera de tres canciones en inglés “Not Every Pain Hurts”, desatando una suerte de nostalgia y compenetración especial entre ella y los fans. Esta vez es ella quien se lleva los vítores y demostraciones de emoción por parte de estos.
Suenan “Lichtgestalt” y “Weltenbrand” y de a poco el público comienza a salir hacia los pasillos y espacios más amplios de la Blondie en búsqueda de aire y de una temperatura más amigable para los fieles asistentes que hacen lo posible para resistir los más de 30 grados que se sienten en el recinto principal. El sudor extremo es evidente y el tránsito de un lado a otro me permite tomarme un tiempo para observar con detalle a los fans. Los atuendos que traen van entre el clásico negro sin mucho detalle hasta las vestimentas más producidas posibles – tanto en hombres como mujeres – y que me recuerda un período de infancia y de memorias muy lúcidas de aquellos años 90’s donde el estilo gótico se llevaba con orgullo y que cada vez me parecía más desaparecido, hasta ahora. Los asistentes son adultos jóvenes que seguramente vivieron también algo de su infancia y juventud con los acordes intensos, profundos y desoladores de las creaciones de Lacrimosa.
Quedan 10 tracks restantes en el setlist y es posible ver que Anne eventualmente sonríe ante la calidez del público. Tilo prefiere mantenerse más reservado. ¿Será que se mantiene en una suerte de personaje o simplemente es su personalidad? Cual fuere el motivo, nunca dirige palabras al público, pero esto no parece molestar a la audiencia, al contrario, parece que más bien se crea una atracción innata hacia la actitud y e interpretación de Wolff.
El público comienza a corear el nombre “Lacrimosa” luego de la lenta “Lass die Nacht nicht über mich fallen”, dando paso a uno de los momentos más altos y eufóricos de la noche con la llegada del clásico “Schakal”, generando una suerte de explosión en los asistentes. Luego vuelve un momento de más calma con los temas “My Pain” – segundo en inglés, interpretado por Anne – y “Herz und Verstand”. Es el primer momento de la noche en que Anne Nurmi se dirige brevemente a la audiencia para agradecer. Los cierres dramáticos que la banda da a cada pieza hacen que el público grite enardecido, mientras los abanicos negros – que se han vendido excepcionalmente rápido en el sector del merch – se agitan de un lado a otro intentando aplacar la aplastante temperatura.
Viene un nuevo punto alto de la jornada con “Feuer”, y donde finalmente Tilo Wolff se comunica con el público expresando su agradecimiento y dejando contentos y expectantes a los fans, quienes desalentados verían a la banda salir del escenario para tomar un break en el primer encore. La audiencia aclama a los músicos pidiendo más, entonando el clásico olé olé hasta que el dueto vuelve a aparecer.
Inicia “Stolzes Herz” y el público corea toda la canción, demostrando una vez más que la barrera idiomática precisamente NO es una barrera. Suena “Alleine zu zweit” y se escuchan los vítores de una fanaticada que se rinde a los pies de Lacrimosa, para celebrar luego el solo de batería que indicaría que poco faltaba ya para el fin del show.
Al parecer, Lacrimosa dejaría lo mejor para el final y aunque no hubo momentos muertos, eran evidentes los highlights del show, por lo que la audiencia no dudaría en corear la pegadiza “Ich bin der brennende Komet”, saltando y “bailando” la melódica pista. Vendría la última pieza en inglés interpretada nuevamente por Anne y al público parece ya no importarle el sudor y el agotamiento y no dudan en interpretar “If the World Stood Still a Day” con ella. Aun así, al final de la canción una porción del público, comienza a salir ya exhausta y me pregunto si serán conscientes de que el show está a punto de llegar a su fin.
Como si no hubiera sido así todo el show, los fans vitorean una vez más y corea “Alles Lüge” en su totalidad; luego vendría el segundo encore.
Inicia un redoble de tambores y Tilo se toma un tiempo para conversar una última vez con el público, de manera tan breve que casi pasa desapercibido para quienes no estuvieron atentos. Las luces bajan y la audiencia no duda en pedir otra canción a gritos, preparándose para lo que será la última aparición de Lacrimosa en el escenario. Suena “Durch Nacht und Flut” y se cierra un exitosísimo concierto que permite ponerle una nota 10 al dueto por su interpretación, teatralidad, atmósfera y show de calidad increíble y quedando quizás una leve desazón por el recinto escogido para el evento, pero que no empañaría de ninguna manera la energía y nostalgia increíble que quedaría en los fans sobrevivientes. Sin duda, un show para recordar.