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Ayer tuvimos la suerte de asistir a un concierto con dos artistas vigentes y de primer nivel en la escena metalera mundial. Se trata de Amorphis, banda finlandesa con casi tres décadas de trayectoria (y con un estilo musical realmente indefinible en una sola palabra), que tuvieron como artista invitada a la danesa Amalie Bruun, mejor conocida como Myrkur, una de las revelaciones de los últimos años. Los finlandeses se presentaban como dueños de casa en el marco de su exitosa gira “Queen of Time Tour”, que los ha llevado a difundir su última placa que lleva el mismo nombre, y que alcanzó el número uno en las listas Finlandesas. Por su parte, la danesa obtuvo este año el premio al mejor álbum en los premios Golden Gods de la revista Metal Hammer por Mareridt, lanzado en 2017.
Dado el renombre de estos artistas, las expectativas eran altísimas, y el público reaccionó de forma impresionante llenando el Black Box, un recinto bastante grande para una banda local, reservado normalmente para actos internacionales o bandas finlandesas más comerciales. Para que se hagan una idea del tamaño de la cancha les cuento que este es un recinto destinado al hockey sobre hielo. Pero Amorphis tiene una reputación avalada por trece álbumes de estudio, presentaciones en festivales masivos y giras mundiales como cabeza de cartel. Esta es la cuarta ocasión que los veo tocar en vivo, pero nunca antes como banda principal, si no que abriendo actos internacionales o tocando en festivales de verano. Y vaya que hace la diferencia verlos en la totalidad de su esplendor, llenos de confianza y sabiendo que el público está ahí por ellos.
Myrkur
La velada comenzó puntualmente a las 19 horas. Las luces se apagan, en el escenario un micrófono cuyo pedestal es rodeado por ramas de un árbol que se enredan y trepan hasta alcanzar la altura de una persona. En el suelo una especie de tambor bastante rústico y en el fondo una bandera de Dinamarca. Son señales inequívocas de que se acerca la presentación de Myrkur. La danesa entra en escena lentamente junto a sus músicos, entonando los primeros acordes de “The Serpent”, uno de sus pocos temas en inglés. La atmósfera es lúgubre, la iluminación mantenida al mínimo y dominada por los tonos azules y púrpura. Myrkur lleva sus ojos pintados de negro y casi no se pueden ver los detalles de su pálido rostro. Los acompañantes permanecen completamente incógnitos, llevando sus rostros cubiertos por capuchas.
El show continúa con “Ulvinde”, sencillo de la placa mencionada anteriormente, y que nos transporta de inmediato a un bosque sombrío. El hecho de que Myrkur cante en idiomas escandinavos le agrega misticismo a su performance, ya que el mensaje de sus canciones no es literal y queda abierto a la interpretación que cada uno le dé a sus palabras. Un riff de guitarra acompañado por el bombo nos indican el comienzo de “Dybt i skoven”, seguida por “Onde børn”, de ritmos más acelerados. La mezcla de elementos de canto lírico, folklore escandinavo y black metal se ven reflejados en canciones como “Vølvens spådom” y “Jeg er guden, i er tjenerne”, sacados de su primer álbum de larga duración M (2015). La voz de Myrkur, que por momentos es angelical y por momentos demoniaca, resulta hipnotizante y conquista a la audiencia.
Uno de los puntos más altos de la presentación es la hermosa “De Tre Piker”, que pertenece originalmente al folklore noruego, y para la cual Myrkur toma su tambor por primera vez. “Elleskudt”, otra de mis favoritas, es una muestra perfecta del eclecticismo de la música de esta artista. Luego Myrkur se dirige al público y anuncia que nos van a presentar una nueva canción, y que tendremos la suerte de escucharla por primera vez en vivo. Se trata de una canción en inglés, cuyo título es aún desconocido, pero que nos da esperanzas de tener nuevo material de esta artista en el futuro cercano (ACTUALIZACIÓN: se trata de “Juniper”). “Skøgen skulle dø” es otros de los momentos cúlmine, con esa introducción tan dramática y épica. Para cerrar un fascinante set de cincuenta minutos interpretan “Måneblôt” y “Villemann og Magnhild”, retirándose entre las tinieblas.
Amorphis
Pero lo que nos trajo aquí es la presentación de Amorphis. A eso de las 21 horas se encienden las luces de fondo que permiten ver el hipnótico telón basado en la carátula de Queen of Time. El público, que a estas alturas ha llenado el recinto, se acapara cerca del escenario para no perderse ningún detalle. A través de los parlantes se escucha la introducción de “The Bee”, dando paso a la entrada de los integrantes de la banda, haciendo enloquecer al público. El sonido es envolvente y limpio, la puesta en escena es simple pero efectiva. En un comienzo sensacional en el que nos muestran lo mejor de su última placa, continúan a toda velocidad con la melódica energía de “The Golden Elk”, una de mis favoritas, con una gran labor de la dupla rítmica constituida por Olli-Pekka Laine y Jan Rechberger.
Sin respiro continúan al ataque con “Sky is Mine”, el primer guiño a Skyforger, con ese riff y base rítmica tan pegajosas. Tomi Joutsen conversa con el público en finlandés y comenta estar sorprendido de ver el lugar tan lleno. Esta es la humildad típica de los finlandeses, señalando que “no somos una banda tan grande”. Para continuar vuelven a su penúltima placa Under The Red Cloud con “Sacrifice”, uno de sus temas más comerciales pero no por ello falto de méritos. Retoman el repaso al nuevo álbum con “Message in the Amber”, una muestra brillante del potencial creativo de esta agrupación. Esta canción nos permite disfrutar de los gritos guturales de Tomi, que con el tiempo han dado cada vez más lugar a las voces limpias. Luego viene “Silver Bride”, otra de Skyforger y tan pegajosa como la anterior, haciendo bailar a las féminas presentes.
“Bad Blood” es otra de las canciones que hacen participar al público, que aplaude al ritmo de la intro. Tomi se toma el tiempo de contar sobre los planes de la banda para girar el próximo año, incluyendo shows como cabeza de cartel pero también en festivales de verano. A continuación nos deleitan con “Wrong Direction”, otro de los sencillos de Queen Of Time y una de las más efectivas en vivo gracias a su melódico coro. Como detalle, antes de la presentación se sube al escenario un misterioso personaje que recita la letra de este tema en finlandés, dándole un descanso a los músicos. “The Smoke” es la primera referencia a Eclipse y permite a Tomi entregarnos esas voces guturales marca registrada. “Daughter of Hate” por su parte, es quizás la canción más pesada de su último lanzamiento, incluyendo un interludio en saxofón.
Tomi Joutsen le pregunta a su tocayo Koivusaari si tiene algún riff antiguo en mente. La respuesta no se deja esperar y nos entregan “The Castaway” del legendario Tales From the Thousand Lakes. Un tema que nos remonta al sonido original de Amorphis, donde predominaban elementos más cercanos al death metal. La evolución de esta banda ha sido compleja, pero creo que la dirección ha sido la correcta, aunque algunos los critiquen por su comercialidad. En mi opinión, la banda ha crecido enormemente en su calidad compositiva y creativa. Muestra de esto es “Heart of the Giant”, que comienza sutilmente con guitarra sin distorsión y se asciende hasta alturas celestiales durante su desarrollo. Uno de los momentos más emocionante llega con “Hopeless Days”, un tema en que Joutsen realmente se luce con una voz sentida y llega de pasión, junto al tremendo solo de guitarra Esa Holopainen.
La banda de retira del escenario por un breve instante y vuelven a la carga con “Death of a King”, desatando una vez más la histeria del público, que corea a todo pulmón el nombre de la canción. Como si esto fuera poco continúan sin pausa con “House Of Sleep”, quizás su canción más popular. Y con todo derecho, ya que es una de esas melodías irresistibles que se te meten en la cabeza desde la primera escucha. Para cerrar, se despiden con “Black Winter Day”, otra referencia a sus comienzos, en la cual Santeri Kallio se luce en los teclados. Luego de una hora y cuarenta minutos, los finlandeses se retiran en un mar de aplausos, despidiéndose de un público rendido a sus pies. Una vez que la banda retira, comienza la cómica versión de “House of Sleep” por Eläkeläiset.
En resumen, una experiencia inolvidable. Vimos a Amorphis jugando de local y luciendo uno de sus mejores álbumes de estudio, con un público muy entusiasta de principio a fin, como pocas veces he visto en Finlandia. Creo que el mayor mérito de Amorphis es haber forjado con el tiempo una amalgama perfecta entre melodía y pesadez, combinando técnica y brutalidad en su justa medida. Y por qué no decirlo, esa exquisita complejidad progresiva, pero que es a la vez contagiosa y accesible, y que los hace únicos.
Reseña y fotos por David Araneda
Acreditación cortesía de Grey Beard Concerts & Management
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