Arkona es una banda proveniente de Moscú, Rusia, que surgió alrededor del año 2002. Sus melodías y principalmente letras están basadas en la historia de su país, así como también es rica en mitología escandinava, incorporando sonidos tradicionales por medio de la instrumentación.
Hoy somos testigos de su reaparición tras 4 años, por medio del lanzamiento de Khram, título del último y octavo álbum de estudio de los rusos, encabezados por la carismática y a la vez brutal Masha Scream, quien se encargó de componer la totalidad de los temas de este disco, el cual será lanzado este 19 de enero a través de Napalm Records.
Khram es una palabra rusa que significa templo. Este “templo”, en particular, está envuelto en misticismo natural, utilizando la marca registrada que hemos podido visualizar y escuchar en los discos anteriores. Un misticismo que duerme detrás de copas de árboles nocturnas, pero abierto a todos sus seguidores.
Existe una sinceridad y profundidad en sus líneas y en cada sonido, que unen a los cinco miembros de la banda por medio de esta obra: Masha; Lazar; Kniaz; Andrey Ishchenko y Vladimir Cherepovsky
A lo largo de los años, Arkona, ha sabido fortalecer sus sonidos y forjar su concepto, dejando una huella desde el año 2004 con Vozrozhdenie hasta Yav el año 2014, no siendo Khram la excepción.
Los invitamos a enriqueserse en la aventura de esta obra maestra, que desafía los límites del género ya conocido de los rusos con espíritu indomable.
Mantra Abre el disco como una suave introducción, sumergiéndonos en un ambiente místico, como si estuviésemos dentro de un ritual pagano, entre tambores y una voz muy particular y versátil, para culminar con instrumentación clásica eslava; con potentes guitarras y un sonido definido dan inicio a Shtorm, para abrir camino a los impresionantes guturales de Masha. De cierta forma este tema es una oda a la tormenta, de una forma poética y con total entrega emocional. Tseluya zhizn’ (Kissing the life), es el tema más largo del disco, con un sonido mucho más liviano a lo que acostumbramos a escuchar de esta banda, inclusive es interpretado con voz popular en un principio. Aquí podemos encontrar una canción que habla sobre los últimos días terrenales y el comienzo a la muerte (el nacimiento es la muerte y la muerte es el nacimiento), como estas dos etapas pueden verse fusionadas de manera metafórica y encontrar la belleza en ambas; Rebyonok bez imeni (A Nameless Child), es un tema que habla de mucho dolor y sufrimiento y cómo se convive con él, hasta entrar en estados de desesperación emocional; Khram (Temple), le da el título al disco, trae versos salvajes y letales, creación, universo, caos… cómo el ser se reconstruye como un templo tras la destrucción. V pogonye za beloy tenyu (In Pursuit of a White Shadow) sorpresivamente y como un lamento suena un piano con armonías poco comunes, que dan vida al sexto tema de Khram, seguido por guitaras eléctricas que logran hacer una fusión perfecta entre lo clásico y lo pesado. Es un tema más cercano a lo melódico, que da paso a V ladonyakh bogov (In The Palms Of The Gods’ Hands) que enfoca una lírica más ancestral, a la entrega y el fervor hacia lo divino. Volchitsa: She-wolf; Una firme voz acapella da paso a este tema, con carácter y con una bella historia detrás. Se desarrolla manteniendo voces populares y en tonos bajos y una característica voz de contralto de Masha. Este penúltimo tema nos cuenta la historia de una loba anciana a punto de ser consumida por la muerte, que vive bajo un viejo árbol y ve crecer a sus hijos bajo su protección. Finaliza de manera potente y con guturales rabiosos. Para dar cierre al álbum, se presenta nuevamente, de manera conclusa: Mantra, concluyendo este increíble ritual.
Calificación 8/10
Review por Carla Vega